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La crianza no viene con un manual de instrucciones, siempre se ha dicho, pero existen herramientas poderosas que pueden transformar la dinámica entre padres e hijos. 

Uno de estos enfoques es el Círculo de Seguridad, un concepto que se centra en el desarrollo de un vínculo seguro y afectuoso entre padres e hijos. A través de su programa de 8 capítulos, no solo se fortalece la conexión emocional, sino que se potencia la función reflexiva de los padres, esencial en el crecimiento saludable de los niños.

La aventura de la crianza es un viaje emocionante pero desafiante. Los padres, llenos de amor y dedicación, a menudo se enfrentan a la incertidumbre sobre cómo criar a sus hijos de manera efectiva. En este camino, el Círculo de Seguridad emerge como una guía valiosa, una guía en el sendero de la paternidad y la maternidad.

Este enfoque revolucionario no solo aborda la importancia del vínculo entre padres e hijos, sino que también destaca la necesidad crítica de comprender las complejidades emocionales que rodean el mundo de los más pequeños. En el corazón de este enfoque se encuentra la función reflexiva, una habilidad esencial para los padres que desean navegar con éxito por las aguas turbulentas de la crianza.

La función reflexiva se convierte en el mapa que guía hacia una comprensión más profunda de las necesidades, deseos y emociones de los niños. Es la capacidad de mirar dentro de uno mismo, comprender las propias experiencias y emociones, y proyectar este entendimiento hacia el mundo interior de los hijos.

Basado en los últimos descubrimientos sobre la neurociencia, los niños con un apego seguro, podrán gozar de mejores relaciones, optimizar su desarrollo inteligencia emocional y social, que favorecerá su integración y resiliencia para su
vida adulta.

El Círculo de Seguridad, ofrece herramientas que facilitan el fortalecimiento del vínculo con sus hijos, a través del desarrollo de la función reflexiva. Se transforma así, la crianza en una aventura donde los padres son más conscientes y comprensivos.

Este artículo se sumerge en el poder del Círculo de Seguridad, explorando cómo la función reflexiva en los padres no solo enriquece la relación con sus hijos, sino que también allana el camino hacia una crianza más consciente y empática.

Adentrémonos en este mundo fascinante donde la comprensión de las necesidades de su hijo/a (s) se convierte en el cimiento de un crecimiento infantil saludable y armonioso.

 

¿Qué es el Círculo de Seguridad?

El Círculo de Seguridad se fundamenta en la teoría del apego de John Bowlby, que destaca la importancia de las relaciones emocionales tempranas en el desarrollo infantil. Este enfoque busca establecer un entorno donde los padres puedan comprender y responder de manera empática a las necesidades emocionales de sus hijos, promoviendo así un apego seguro.

El Círculo de Seguridad Parental, desarrollado por Circle of Security International (COSI), se erige como un pilar de comprensión y apoyo para padres e hijos en el viaje de la crianza. Cuenta con un mapa de ruta diseñado por sus creadores Powell, Cooper y Powell, que representa de forma gráfica y sencilla cómo tomar buenas decisiones en la crianza, cultivando a su vez relaciones más sólidas y emocionalmente enriquecedoras con sus hijos.

El Círculo de Seguridad Parental se representa mediante un gráfico circular con cuatro componentes principales:

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La base segura: Los padres actúan como figuras protectoras y seguras para sus hijos, brindando apoyo emocional y físico cuando sea necesario.
La exploración: Los niños tienen la libertad de explorar su entorno de manera segura, sabiendo que pueden regresar a sus padres para buscar confort si lo necesitan.
El equilibrio del cuidador: Este componente representa la capacidad de los padres para equilibrar la protección y la libertad de exploración, adaptándose a las necesidades cambiantes de sus hijos a medida que crecen.
La reflexión: Los padres se centran en entender y reflexionar sobre las necesidades emocionales de sus hijos, lo que les permite responder de manera más efectiva a sus señales emocionales y comportamentales.

Recientes investigaciones muestran cómo tener un apego seguro infantil es crucial
para la formación de una buena salud psicológica y contar con calidad en nuestras
relaciones con nuestros hijos. El programa del Círculo de Seguridad Parental
recoge el deseo innato de los padres de hacer lo mejor por sus hijos/as y desarrolla
una mejora en la capacidad reflexiva sobre las propias vivencias y la de sus
hijos/as.

Décadas de investigación muestran que los niños con apego seguro, se sienten
más satisfechos en sus relaciones tanto familiares como de amistad, resuelven
problemas de forma más satisfactoria, cuentan con mejor autoestima, son más
resilientes, positivos, empáticos y comprensivos.

El COS proporciona herramientas prácticas que mejoran la relación entre padres e
hijos, fomentando un ambiente emocionalmente seguro y estimulante para el
desarrollo infantil.

La función reflexiva en la crianza

 

La función reflexiva acuñado por Peter Fonagy como mentalización en primera
instancia, es una capacidad que permite a los padres entender, interpretar y
responder adecuadamente a las señales emocionales y conductuales de sus hijos.

Se trata de la habilidad para reflexionar sobre los propios pensamientos,
emociones y experiencias, así como también sobre los del niño, creando así un
puente de comprensión emocional.

 

Estudios recientes han demostrado que la función reflexiva interviene en la relación
entre la actuación del cuidador y la seguridad en el apego. Incrementar la
capacidad reflexiva en el cuidador, se ha mostrado mejorar la calidad del cuidado y
la seguridad en el niño.


El Círculo de Seguridad, facilita nuevas formas de comunicarse con los pequeños y
ayuda a leer mejor lo que necesitan, pero …


¿Cómo puede conseguir mejorar la función reflexiva de los padres?

Podríamos observarlo a través del incremento del:

Autoconocimiento emocional: Al comprender sus propias emociones, los padres pueden identificar cómo estas influencian su forma de interactuar con sus hijos. Esto les permite manejar sus reacciones de manera más consciente, promoviendo un entorno más tranquilo y empático en el hogar.
Empatía y perspectiva:La función reflexiva permite a los padres ponerse en el
lugar de sus hijos, comprender sus emociones y ver las situaciones desde la
perspectiva del niño. Esto ayuda a responder con sensibilidad y comprensión a las
necesidades emocionales de sus hijos.
Conexión emocional: Al tener una mayor comprensión de sus propias emociones, los padres pueden establecer una conexión más fuerte con sus hijos. Esta conexión emocional fortalecida les permite responder de manera más efectiva a las señales emocionales de los niños, creando un ambiente de seguridad y confianza.
Comunicación efectiva: La función reflexiva facilita una comunicación más abierta y respetuosa entre padres e hijos. Los padres pueden expresar sus emociones de manera clara y comprensible, al mismo tiempo que están atentos y receptivos a las emociones de sus hijos, promoviendo así un diálogo constructivo.

¿Qué beneficios conllevaría comprender mejor las necesidades de los niños?

Interpretación de
señales emocionales: 
Los niños, especialmente los más pequeños, a menudo no pueden expresar sus emociones con palabras. Una función reflexiva desarrollada permite a los padres interpretar mejor las señales emocionales sutiles de sus hijos, como expresiones faciales, tono de voz o comportamientos, y responder de manera adecuada.

Respeto por la individualidad: Cada niño es único, con necesidades y formas de expresión distintas. Al comprender sus propias experiencias y emociones, los padres pueden reconocer y respetar la individualidad de sus hijos, adaptando su enfoque de crianza según las necesidades específicas de cada uno.

Fomento del desarrollo emocional: Una comprensión más profunda de las necesidades emocionales de los niños les permite a los padres proporcionar el apoyo necesario para su desarrollo emocional. Esto contribuye a la construcción de una base sólida para la autoestima, la resiliencia emocional y el bienestar general del niño.

Conclusión

El Círculo de Seguridad Parental y el desarrollo de la función reflexiva en los
padres no solo benefician la relación con los hijos, sino que también fortalecen el vínculo emocional y contribuyen significativamente al desarrollo saludable y equilibrado de los niños. Este enfoque no solo transforma la dinámica familiar, sino que sienta las bases para un futuro emocionalmente sólido para los niños.

Al finalizar el programa Círculo de Seguridad Parental, los padres se encuentran equipados con un tesoro de conocimientos que van más allá de la mera crianza.
Participar en un grupo COSP no garantiza milagros, pero marca los primeros pasos hacia un cambio significativo. Este proceso requiere esfuerzo, sin embargo, es un camino que realmente merece la pena recorrer. Después de todo, construir un vínculo más fuerte con nuestros hijos y cultivar una comunicación abierta y comprensiva en el hogar son logros que valen la pena perseguir.

A través del programa buscamos que la reflexión pueda convertirse en una práctica cotidiana: los padres aprenden poco a poco a mirar más allá de las conductas, comprendiendo las emociones subyacentes que impulsan las interacciones con sus hijos. Esta comprensión más profunda no solo fortalece el vínculo entre padres e hijos, sino que también sienta las bases para una comunicación más abierta y comprensiva en el hogar.

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Pilar Rodríguez

Facilitadora del COSP